El perdón es el mejor fruto del amor. Amargo por fuera pero
dulcísimo por dentro.
El perdón derriba los muros del odio, cierra las heridas
del dolor, desarma el trono de la soberbia, ilumina la oscuridad del prejuicio.
El perdón convierte a los enemigos en amigos, a los
extraños en hermanos, a los esclavos en hijos, a los amos en deudores.
El perdón engrandece el corazón, sana la memoria, libera la
voluntad.
El perdón abre las puertas del cielo e inscribe nuestros
nombres en el corazón de Dios para siempre.
Fuente: el perdón
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