Nasrudin estaba buscando algo en el suelo. Se le acercó un amigo y le preguntó:"¿Qué has perdido?
"La llave", contestó Nasrudin.
Entonces el amigo se arrodilló y ambos se pusieron a buscarla.
Al cabo de un raro el amigo preguntó: "¿Dónde la perdiste exactamente?"
"En mi casa", repuso Nasrudin.
El amigo replicó: "Entonces por qué la estás buscando aquí?
"Por que aquí hay más luz que en mi casa".
“Vosotros sois la luz del mundo" (Mateo 5: 14)
Dejémonos encender por el Señor para que el mundo encuentre lo que busca allí donde debe buscarlo.
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