Había una vez en un lejano pueblo, una casa abandonada. Cierto día, un
perrito acalorado buscando refugio, logró meterse por entre las maderas
viejas de la puerta de esa casa.
El perrito subió las escaleras y entró en una habitación, que tenía mil
espejos...
Para su sorpresa al entrar, vio que había mil perritos como él...
y los miró fijamente, él comenzó a levantar sus orejas...y los otros
hicieron lo mismo...
Luego comenzó a mover su cola...y los otros le respondieron con lo
mismo...
Posteriormente les ladró...como si les hablara...y ellos repitieron lo
mismo...
Quedó muy sorprendido, al salir del cuarto, pensó: "¡¡¡Que lugar
maravilloso", vendré a visitarlos más seguido..!!!
Pasó mucho tiempo hasta que otro perrito callejero logró entrar en la
casa. Este estaba agitado y corriendo subió hasta aquel cuarto.
Para su asombró quedo quieto observando a los otros mil perritos que lo
miraban.
El comenzó a gruñir porque se sentía amenazado por la mirada de los
otros...
Estos le respondieron de igual manera...El comenzó a ladrar muy
fuertemente, más enfurecido, y
los demás hiceron lo mismo...
Asustado, porque vio que eran muchos, huyó de aquel
lugar pensando: ¡¡¡Que lugar más feo, jamás volveré!!!
Al frente de la casa, había un cartel que decía: "La casa de los 1000
espejos"
Bienaventurados los limpios de corazón, por que ellos verán a Dios (Mt 5,8)
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