11 oct 2016

El retraso

Te debemos una explicación. Se que anhelas buscar tesoros pero hay algo que debes saber.
El dueño del barco en el que nos enrolamos hace tiempo eligió a un capitán. Dicho capitán era alegre, entusiasta y enamorado de su trabajo. Para empezar el viaje eligió a una gran tripulación. 
Bueno, en realidad, no éramos los mejores, ni teníamos virtudes excepcionales... Más bien éramos un poco desastrosos: inexpertos, algo locos e impulsivos. Pero teníamos la capacidad de soñar, de creer que podríamos traer algo de luz en un mundo que veíamos oscuro, sin esperanza. Así que aceptamos sin dudar. ¡Eso nos convertía en los mejores! Decir SI cambió nuestras vidas.
Nos preparamos para defendernos de los piratas, no escuchar los cantos de sirenas que nos perderían para siempre. Preparamos una buena carga de alimentos para la bodega (...iba a ser un viaje largo...), comprobamos las redes y nos despedimos de nuestras familias, de todo aquello que nos dificultaría el zarpar. El destino estaba marcado. 

Y cuando se acercaba el día de la partida nuestro capitán desapareció misteriosamente y con el se llevó el mapa del tesoro.
El viaje que teníamos programado se ha pospuesto. Pero no perdemos la fe. Hemos prendido pequeñas lamparitas de luz, hemos compartido sueños y aún sabemos que el tesoro nos espera. 
Mientras encontramos el mapa que ha desaparecido no dudamos en que el Jefe, el dueño del barco nos proporcione un nuevo capitán que nos permitirá alcanzar nuestro objetivo final. Mientras tanto te pedimos que no pierdas la esperanza, que nos acompañes en el viaje. A veces se demora más de lo que pensamos alcanzar el tesoro, pero la perseverancia en la consecución de nuestros objetivos siempre tiene premio. Y el premio del que hablamos es de un valor incalculable...
La Luz nos marca el camino

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